Hace más de 100 años que los Txokos están en nuestras vidas. Han tenido diferentes roles dependiendo de la época.
En sus inicios sirvieron para que los hombres, y solo hombres, pudieran reunirse, cocinar y socializar. La cocina como eje central, donde cada uno de los miembros se aventuraba a cocinar para los demás. Productos siempre frescos y de primera calidad. Un viaje desde la compra hasta la sobremesa que se convertían en ritual.
Ir al mercado a escoger el genero y llegar el primero al Txoko para empezar a organizarlo todo. A medida que la gente va llegando, el sonido de los vasos empieza a ser más continuo. La sidra o el vino, acompañados de algo para “picar”: gildas, txistorra o unas almejas a la plancha.
El cocinero del día era el protagonista. Toda la presión, toda la responsabilidad y sobre todo, todo el placer de cocinar para todos sus amigos. Y es que cuando hay comida en el Txoko, cada momento es especial. No solamente se disfruta de comer. Se disfruta de prepararlo todo, de cocinar y de beber. Se disfruta también de la sobremesa, pero sobre todo se disfruta de la gente. Y se disfruta de la gente con una visión muy simple, la del aquí y ahora. Sin ninguna otra preocupación que la de pasar un buen rato con aquellos que te aprecian.
Entonces, ¿qué diferencias existen entre los Txokos de antes y los de ahora?
La principal diferencia es la posibilidad de que las mujeres accedan a los Txokos. Años atrás, no se les permitían ni la entrada ni que se hicieran socias. Tampoco existían Txokos solamente de mujeres. Se entendían estos lugares como espacios de encuentro y socialización de hombres. De todos modos, cada vez estamos más cerca de la igualdad. Hoy en día las mujeres son incluidas y bienvenidas en la gran mayoría de los Txokos.
Lo que se sigue manteniendo desde años atrás es la esencia. En los Txokos no hay clases y todos los miembros son iguales. Todo se paga a “escote” o con “bote”. Es decir, todos pagan a partes iguales la comida y bebida consumida en el local.
La generosidad y las ganas de compartir de los vascos es algo que también que se ha ido transmitiendo de generación en generación. Además, la cultura gastronómica se sigue incentivando. Pero sobre todo la conexión social que tanto nos ha caracterizado desde siglos atrás.
Hoy en día, existen muchos Txokos que ofrecen sus locales para que cualquier persona pueda alquilarlos y hacer uso de ellos. Bilbao cuentan con más de 50 que cumplen la misma función que los Txokos tradicionales: comer, tomar, socializar y en este caso también alquilarlos por horas. Además, para que los más pequeños disfruten, muchos tienen zonas infantiles. Porque ya no existen ni generaciones ni géneros, y cada vez más Txokos están abiertos a todas los públicos.
Desde AlquilaTxoko queremos mantener la esencia y tradición de las sociedades gastronómicas. Queremos fomentar la cultura, la gastronomía y la tradición. Del mismo modo, los tiempos están cambiando, y con ello las necesidades. Es por eso queremos integrar este maravilloso mundo de los Txokos y ofrecer lugares de socialización para cualquier persona.
Ahora es posible. Vengas de dónde vengas y seas quien seas, de poder disfrutar de cualquier Txoko con tus amigos y familiares.
Si quieres alquilar un Txoko en Bilbao o alrededores, puedes encontrarlos todos en este mapa: